¿Qué aportará la capitalidad?

¿Lo que tenemos es lo que queremos? ¿O creemos que debemos revisar y cambiar?

Avanzar en nuevas metodologías, sistemas y formas de trabajo permitirá crear sinergias y revisar nuestros códigos y políticas culturales. Favorecerá que lo que ya tenemos, los modelos a nivel local o europeo, se adapten y respondan a una necesidad más abierta y plural, a la diversidad de interpretaciones de la ciudadanía actual.

Pensar, diseñar y llevar a la práctica actividades culturales concretas nos proporcionará también la oportunidad de avanzar en los cuatro ámbitos sociales, desde visiones multidisciplinares, creativas, transgresoras. Un proceso que nos permitirá avanzar en respuestas a nuestros retos.

También nos brinda la oportunidad de constituirnos en referente y dinamizador de la apuesta por la cultura como motor de convivencia y transformación, reforzando nuestra posición de ciudad de acogida, y disfrutar de los impactos interculturales y socioeconómicos que supone celebrar un evento de dimensiones internacionales.

En definitiva, una oportunidad para (re)generar y promover sinergias entre sectores que habitualmente no se cruzan, gracias a la creatividad y la innovación.

“Los aprendizajes y las dinámicas deben quedar más allá del año de la capitalidad porque hemos ganado en personas activas, en activistas”

“Nuestro objetivo: que todo el proceso y la celebración de 2016 nos deje un legado positivo, a nosotros, a Europa”